Soy yo y nada más.

No se si eres tu quien me lee, si me sigues cada vez. Si yo fuera tu, también sentiría envidia de mi. Hoy me dijeron que era otra persona diferente, y me dieron otro nombre. Hoy me di cuenta que una parte de mi se fortaleció, eso es todo. La parte que estaba dormida, la que grita lo que quiere y lo que no le gusta. He cambiado, ciertamente... las circunstancias, la vida... la gente, las experiencias, todo nos cambia. Incluso no decidir es tomar una decisión equivocada. Y yo lo hice mucho tiempo por satisfacer expectativas ajenas. Ahora me toca a mi exigir y dirigir mi destino. Eso es todo. Ahora me toca a mi poner mi vida en perspectiva y establecer mis prioridades. Quienes siempre han creido en mi y me quieren han estado incluso cuando me he equivocado. Están aqui, y lo sé. No estoy sola. Estoy transformándome en LO QUE TENGO QUE SER. Asi que pónganme tres mil nombres, soy una sola en muchas facetas. Soy una sola en la situación que tenga que ser. Soy yo y nada más. Yo soy la madre, la novia, la esposa, la pintora, la escritora, la que brinca a la menor provocación, la que rie, la que llora, la que algunas veces se siente abrumada por su situación, la que otras veces, por el contrario siente que se come el mundo a tacos, la que fue a terapia hasta que se hartó, la que besa con pasión, la que ama el color verde, la que toma café por inercia, la que sabe que en esta vida todo se paga, la que ahora habla con su padre sin tapujos, la que abraza un arbol para llenarse de energia, la que espera cada dia una casablanca sobre su coche al salir, o un mensaje de aliento al medio dia, soy quien morirá creyendo en el romance, soy quien decidió dejarse después de los seres que ama, soy quien decidió sacar las garras por su hija, soy quien decidió rehacer su vida de esta forma. Soy mil y un más cosas. Puedo llamarme Sofía, Alejandra, Tamara, Renata, Camila, Ana... siempre, en el fondo he sido yo misma.